Un poco de historia de Beniaján

Nuestro vecino Gabriel Nicolás nos manda una información histórica sobre Beniaján que publicamos por su interés.

El núcleo urbano de Beniaján no siempre ha ocupado el mismo emplazamiento que hoy conocemos, en la falda de la sierra que cierra por el sur el Valle del Segura. Los condicionantes geográficos, especialmente relacionados con la seguridad ante un territorio surcado de cursos fluviales que lo anegaban con frecuencia, motivaron el desplazamiento de sus habitantes.

El primer asentamiento humano que existe documentado dentro del término beniajanense, el poblado argárico del Puntarrón Chico, estaba encumbrado en un cerro que se yergue a las afueras de la localidad, bordeado por la rambla, en dirección al Garruchal. El llano era entonces un terreno lacustre y casi intransitable, y lo siguió siendo prácticamente hasta la romanización, cuando las zonas más bajas se empiezan a desecar y a utilizar como áreas de cultivo, favoreciendo así su poblamiento. Será precisamente entonces cuando aparece el segundo asentamiento del que tenemos constancia en la zona, constituyendo el germen definitivo del pueblo de Beniaján: se trata de una pequeña aldea romana de colonización denominada Vila-Nova, que se vendría a situar junto al Segura, justo en la encrucijada de dos de los más antiguos caminos que recorren este territorio: la calzada que unía Cartagena con Fortuna a través del Puerto del Garruchal, y el camino que comunicaba Murcia con Orihuela a lo largo de la margen derecha del río. Este núcleo, de donde procede la actual denominación de Rincón de Villanueva con que se conoce el paraje, se encontraría en la zona donde hoy está la popular Machacanta.

 

La agrícola Vila-Nova evolucionaría con los siglos, en aquel mismo lugar, hasta convertirse en el Beniaján de los árabes que le darían además su nombre actual. Así, el asentamiento se consolida y se va convirtiendo en un lugar de referencia por la productividad de sus tierras. Y tras la Reconquista cristiana del siglo XIII, la presumible mezquita de aquel poblado musulmán se convertiría en la parroquia de San Juan Bautista, de las más antiguas y extensas de toda la comarca.

Beniaján se mantendrá como pueblo en el mismo enclave hasta los siglos XV-XVI, época en la que las frecuentes crecidas del Segura y el Guadalentín, éste segundo sin cauce fijo, fueron desplazando a los sufridos habitantes hasta una zona más segura. El lugar elegido será ya donde se levanta el pueblo en nuestros días: a lo largo del mismo camino que lleva al Garruchal y junto a la histórica Acequia de Beniaján, que suministraría de agua a los vecinos. Se traslada también la antigua parroquia de San Juan Bautista, cuyo nuevo templo se inaugura en 1599 en el sitio que hoy ocupa. La famosa riada de San Calixto, en 1651, se llevó por delante lo poco que quedaba del primitivo asentamiento beniajanense. Y la posterior construcción del Canal del Reguerón, en el siglo XVIII, atravesando por completo el paraje, acabó por borrar las pocas huellas de lo que en otros tiempos fueron las primeras calles del Beniaján más legendario.

 

 

También nos informa de que a partir del próximo lunes, día 21, comienza un taller de la Escuela Popular en el que tratarán de abordar precisamente temas como éste y similares, todos referentes a la arquitectura y el urbanismo de nuestro pueblo: orígenes, desarrollo, tradición constructiva, patrimonio arquitectónico local, etc… Será todos los lunes, de 17:00 a 18:30, en principio en la sala de reuniones del Auditorio.

Enlace: http://www.enclavecultura.com/talleres/detallesTaller.php?id=4175